sábado, 30 de abril de 2011

LA RISA DE JUAN PABLO II

BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II

La ceremonia de beatificación de Juan Pablo II tendrá lugar el próximo 1 de mayo, después de que Benedicto XVI haya firmado este viernes el decreto de beatificación, presentado por el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato.
Así, según ha declarado el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, la ceremonia de beatificación se celebrará el 1 de mayo de 2011, día de la Solemnidad de la Divina Misericordia.
El milagro de Juan Pablo II
La firma del Papa era el único paso que faltaba para dar 'luz verde' a la beatificación de su predecesor, después de que los 30 purpurados y obispos que forman parte de la Comisión de este dicasterio aprobara el pasado miércoles un milagro por intercesión de Juan Pablo II.
Se trata de la curación de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.
La religiosa superó, dos meses después de la muerte del Papa en abril de 2005, todos los síntomas del Parkinson de forma "inexplicable" según las autoridades médicas de la comisión de beatificación. La hermana Marie Simon ha sido la pieza clave para el proceso de beatificación del antecesor de Benedicto XVI.
El milagro de la hermana Marie Simon, atribuido a Juan Pablo II, sufrió un parón en el mes de marzo del año pasado, cuando uno de los médicos externos consultados por el dicasterio sostuvo que el milagro no estaba suficientemente documentado.
251 milagros atribuidos a Juan Pablo II
Sin embargo, el cardenal Angelo Amato señaló entonces que "había suficientes milagros" catalogados, un total de 251 atribuidos al antiguo Papa y que el proceso de beatificación seguía adelante, aunque finalmente el milagro de la curación del Parkinson de la hermana Marie dio buenos resultados y fue considerado por la comisión de expertos como válido para continuar el proceso.
El 13 de mayo de 2005, el mismo Benedicto XVI anunciaba en la Basílica de San Juan de Letrán el inicio del proceso de beatificación de su predecesor, que comenzó oficialmente el 28 de junio de 2005, dos meses después del fallecimiento del Pontífice, gracias a la dispensa concedida por Benedicto XVI para que la causa pudiera empezar sin necesidad de esperar a los cinco años de rigor que deben transcurrir entre el fallecimiento de una persona y el comienzo de su causa.
Esta dispensa fue concedida también por Juan Pablo II para beatificar a la Madre Teresa de Calcuta, cuyo proceso comenzó menos de dos meses después de su fallecimiento y que fue beatificada seis años después, en octubre de 2003.
El sacerdote polaco Slawomir Oder fue nombrado por Benedicto XVI como postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo II y se inclinó por la curación de la religiosa francesa como el milagro que decidiría si el llamado 'Papa viajero' sería elevado a los altares.
Juan Pablo II fue nombrado 'Venerable' y reconocidas sus virtudes heroicas el 19 de diciembre del año 2009, el primer paso para el proceso que le llevará a los altares. Después de su beatificación, será necesario un segundo milagro para que sea declarado definitivamente como "santo" y entrar así en la lista de los santos de la Iglesia.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Llega a España "Cartas a Dios"

Querido Dios, gracias por el hermanito, pero lo que yo te pedí fue un perro”, “Querido Dios, ¿Los pecados tú también los marcas en rojo como la profe?”, “Querido Dios, si no llegas a extinguir los dinosaurios no habríamos tenido sitio nosotros. Lo has hecho muy bien”, “Querido Dios, no te preocupes por mi. Yo miro siempre a los dos lados antes de cruzar”. Gianluca, Clara, Mauricio y Marco son niños reales que escribieron sus cartas a Dios. Le contaban sus preocupaciones, sus preguntas y sus secretos… 
Cartas como estas han servido para inspirar una de las obras cinematográficas más conmovedoras de los últimos tiempos. Se trata de “Cartas a Dios”, una película que, según su distribuidora en España Karma Films, es de aquellas que “¡conquistan al minuto 1! La cinta, que se estrena en España el 15 de abril, cuenta la conmovedora historia de Óscar, un niño de diez años de edad y que padece una enfermedad terminal. Ni los médicos ni sus padres se atreven a contarle la verdad sobre su salud. De esto se percata el pequeño y, furioso, se niega a hablar con nadie, excepto con Rosa, una ex boxeadora. Cuando se acerca la Navidad, ella le sugiere un juego: vivir como si cada día fuesen diez años de su vida y contarle la experiencia a Dios a través de cartas que ella misma enviará. Así nace entre ellos una amistad que cambiará sus vidas.

Timothy Dolan cuenta una experiencia personal

«¿Es usted cura? No puedo mirarle a usted ni a ningún otro sin pensar en un abusador sexual»

Timothy Dolan, el arzobispo de Nueva York, es un hombre de estilo cercano y expresión muy clara. Varias veces se ha enfrentado con el todopoderoso New York Times desde su carta semanal y su blog (http://blog.archny.org), muy seguido por su agilidad y carácter personal. Dolan no rehúye los temas conflictivos, sino que los afronta en primera persona: también el tema de los abusos sexuales.
  
Traducimos el texto del arzobispo Dolan titulado "An airport encounter".

Era sólo la tercera vez que me pasaba en mis 35 felices años como sacerdote, las tres veces en los últimos 9 años y medio. Otros sacerdotes me cuentan que les ha sucedido muchas más veces. Pero tres son bastante. Cada vez me agitó hasta la náusea.
Sucedió el pasado viernes. Acababa de llegar al aeropuerto de Denver para hablar en su popular convención anual, Living Our Catholic Faith. Mientras esperaba al tren eléctrico que me llevase a la terminal, un hombre de unos cuarenta y pico años, que también estaba esperando, se me acercó.
"¿Es usted un sacerdote católico?", preguntó con amabilidad.
"Sí, claro. Mucho gusto", le dije, tendiendo mi mano. Él la ignoró.
"Crecí en un hogar católico", respondió. Yo no estaba preparado para el filo aguzado de su estileto. "Ahora soy padre de dos chicos, y no puedo mirarle a usted ni a ningún otro cura sin pensar en un abusador sexual".
¿Qué responder? ¿Chillarle? ¿Pedir disculpas? ¿Expresar comprensión? Admito que todas esas reacciones vinieron a mi mente mientras me debatía entre la vergüenza y la rabia por el daño y la herida que infligía con esas palabras punzantes.
"Bueno", me recobré lo suficiente; "sin duda, lamento que lo sienta así. Pero, déjeme preguntarle... ¿automáticamente cree ver un abusador cuando ve un rabino o un ministro protestante?"
"En absoluto"
"¿Y cuando ve un entrenador, un líder boy scout, un padre de acogida, un consejero o médico?"
"Por supuesto que no", respondió. "¿Qué tiene que ver con esto?
"Mucho", respondí. "Porque cada una de esas profesiones tiene un porcentaje de abusadores tan alto, quizá más, que los sacerdotes".
"Quizá", admitió. "Pero la Iglesia es el único grupo que sabía lo que pasaba, no hizo nada, y se limitó a pasar los pervertidos de un lado a otro".
"Parece obvio que usted nunca vio las estadísticas sobre los profesores de colegios públicos", comenté. "Solo en mi ciudad de Nueva York, los expertos dicen que la proporción de abusos sexuales entre profesores de la escuela pública es diez veces más alta que entre los sacerdotes, y esos abusadores, simplemente, fueron transferidos de un sitio a otro".
[Si hubiese conocido las noticias del New York Times del pasado domingo sobre la alta tasa de abusos contra los más indefensos en la mayoría de hogares tutelados por el estado, con abusadores simplemente transferidos de un hogar a otro, también lo hubiera mencionado].
No respondió, así que continué.
"Perdone que sea tan contundente, pero usted lo fue conmigo, así que permítame preguntar: ¿cuando usted se mira al espejo, ve un abusador sexual?"
Ahora era él quien se sobresaltaba como yo antes. "¿De qué demonios me habla?", dijo.
"Es triste, pero los estudios nos dicen que la mayoría de los niños abusados sexualmente son víctimas de sus padres o de otros miembros de la familia", respondí.
Ya era bastante. Le vi inquieto y traté de suavizarlo.
"Le diré que, cuando le veo a usted, yo no veo un abusador, y apreciaría la misma consideración por su parte".
El tren nos había llevado a la zona de recogida de equipajes y salimos juntos.
"Bien, entonces ¿por qué sólo oímos toda esa basura acerca de ustedes los curas?", preguntó, pensativo.
"Lo mismo nos preguntamos los curas. Tengo una serie de razones, si le interesa".
Asintió mientras caminábamos hacia la cinta transportadora.
"Por un lado, los curas merecemos un escrutinio más intenso porque la gente confía más en nosotros, ya que osamos afirmar que representamos a Dios, así que si uno de nosotros hace esas cosas, aunque sólo una diminuta minoría lo haya hecho, es más desagradable. Segundo, me temo que hay muchos por ahí que no aman a la Iglesia y hacen lo que pueden por dañarnos. Este es un tema con el que adoran azotarnos sin descanso. Y tercero, y odio decirlo, se puede sacar mucho dinero denunciando a la Iglesia Católica, mientras que apenas vale la pena denunciar a alguno de los grupos que comenté antes".
Ahora ambos teníamos ya nuestro equipaje y nos dirigimos a la puerta. Él tendió su mano, la que 5 minutos antes no había tendido. Nos dimos un apretón. "Gracias, encantado de haberle conocido", dijo. Se detuvo un momento. "¿Sabe? Pienso en los grandes sacerdotes que conocí de niño. Y ahora, que trabajo en IT en la Regis University, conozco algunos jesuitas devotos. No deberíamos juzgarles a todos ustedes por los horribles pecados de unos pocos".
"Gracias", sonreí. Supongo que las cosas se habían arreglado porque, mientras se iba, añadió: "al menos, le debo un chiste: ¿qué sucede si no puedes pagar a tu exorcista?"
"Ni idea", respondí.
"Una re-posesión"
Nos reímos y nos separamos. Pese al final feliz, aún temblaba y casi sentí que necesitaba un exorcismo para expulsar de mi alma sacudida el horror que todo este asunto ha significado para las víctimas y sus familias, para nuestros católicos, como ese hombre... y para nosotros, los sacerdotes.

miércoles, 23 de marzo de 2011

QUE NOS DICE LA FE DE LA IGLESIA SOBRE MARÍA

La enseñanza mariana del Concilio Vaticano II no ha tenido en la Iglesia una repercusión perceptible al principio. Pero ahora,  parece que ha llegado el tiempo en el que la palabra sobre María, pueda ser cultivada.
Desde aquí, también queremos poner nuestro granito de arena para este fin. Por ello, poco a poco, intentaremos presentar a María, no como una figura puramente histórica, sino como figura de la salvación a partir de la fe, como figura y modelo de la Iglesia.
Según algunos, María no puede considerarse miembro de la Iglesia, pues los privilegios que se le concedieron: la Inmaculada Concepción, la maternidad divina y la singular cooperación en la obra de la salvación, la sitúan en una condición de superioridad con respecto a la comunidad de los creyentes.
Sin embargo, el concilio Vaticano II no duda en presentar a María como miembro de la Iglesia, aunque precisa que ella lo es de modo «muy eminente y del todo singular» (LG, 53): María es figura, modelo y madre de la Iglesia. A pesar de ser diversa de todos los demás fieles, por los dones excepcionales que recibió del Señor, la Virgen pertenece a la Iglesia y es miembro suyo con pleno título.
LA VIRGEN MARÍA ANTES DEL CONCILIO VATICANO II
Antes del Concilio Vaticano II, el movimiento mariano era abundante en producción, pero también mediocre y excesivo, con falta de seriedad científica y exégesis abusivas. Este movimiento se especializaba hasta el punto de aislarse de la teología. La «mariología» se convertía así en una disciplina autónoma, pues buscaba su principio en sí misma y ya no a partir de su papel en la economía de la salvación. Desde esta perspectiva, María era ante todo singular; era en casi todo análoga a Cristo. Esta «mariología» se tornaba esotérica y era además ignorada por el resto de la teología.
Ante estos excesos, encontramos dos tendencias caracterizadas por unas opciones entonces llamadas maximalistas o minimalistas. Sobre la primera pesaba la sospecha de «mariolatría»; sobre la segunda, la falta de generosidad y de amor hacia la Virgen. La primera tendencia era “cristotípica”: asimilaba al máximo a María a Cristo; hacía de la mariología un calco de la cristología. Situaba a María al lado del Redentor y por encima de la Iglesia. La segunda tendencia intentaba -al contrario- volver a introducir a María en la Iglesia, situarla entre los redimidos, aunque su papel fue único. Entre 1950 y el Concilio, numerosos estudios iban ya en esta dirección.
Así pues, al principio del Concilio, la primera tendencia quería seguir el impulso de las definiciones marianas; la segunda quería al contrario marcar una parada en seco.

domingo, 13 de marzo de 2011

NOMBRAMIENTOS PONTIFICIOS

DIÓCESIS DE VIGEVANO (ITALIA) 12/03/11.- El Santo Padre ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Vigevano (ITALIA), presentada por Mons. Claudio BAGGINI en conformidad al canon 401 § 2 del Código de Derecho Canónico. Le sucede Mons. Vincenzo DI MAURO, hasta ahora arzobispo-obispo coadjutor de la misma diócesis.
ARCHIDIÓCESIS DE CALCUTA (INDIA) 12/03/11.- Benedicto XVI ha nombrado arzobispo coadjutor de la archidiócesis de Calcuta (INDIA), a Mons. Thomas D'SOUZA, hasta ahora obispo de Bagdogra”.
ARCHIDIÓCESIS DE HYDERABAD (INDIA) 12/03/11.- El Pontífice ha nombrado arzobispo de la archidiócesis de Hyderabad (INDIA), a Mons. Thumma BALA, hasta ahora obispo de Warangal (INDIA).
DIÓCESIS DE MBINGA (TANZANIA)
12/03/11.- E l Papa ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Mbinga (TANZANIA), presentada por Mons. Emmanuel A. MAPUNDA, en conformidad al canon 401 § 1 del Código de Derecho Canónico. El Santo Padre ha nombrado obispo de Mbinga al reverendo John Chrisostom NDIMBO, secretario ejecutivo del departamento de educación en la Conferencia Episcopal de Tanzania.
DIÓCESIS DE KONDOA (TANZANIA) 12/03/11.- Benedicto XVI ha erigido la diócesis de Kondoa (TANZANIA), con territorio desmembrado de la diócesis de Dodoma, haciéndola sufragánea de la sede metropolitana de Dar-es-Salaam.
El Papa ha nombrado primer obispo de Kondoa al reverendo Bernardine MFUMBUSA, del clero de Dodoma, vice-canciller de Asuntos de Estudios Académicos en la Universidad San Agustín de Mwanza.
DIÓCESIS DE PENSACOLA-TALLAHASSEE (ESTADOS UNIDOS) 11/03/11.- El Pontífice ha aceptado la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Pensacola-Tallahassee (ESTADOS UNIDOS), presentada por Mons. John H. RICARD, S.S.J., en conformidad al canon 401 § 2 del Código de Derecho Canónico.
FONDO DE ASISTENCIA SANITARIA 10/03/11.- El Santo Padre ha nombrado director del Fondo de Asistencia Sanitaria a Bruno LILLI , hasta ahora jefe de la oficina del mismo Fondo.

NORMAS LITURGICAS EN CUARESMA

1. Miércoles de ceniza
La bendición e imposición de la ceniza se hace después del evangelio y de la homilía. Con motivo de este rito penitencial, al empezar la misa de este día se suprime el acto penitencial acostumbrado. Por ello, después que el celebrante ha besado el altar, saluda al pueblo y, a continuación, se pueden decir las invocaciones, "Señor ten piedad", (sin anteponer otras frases, pues hoy no son el acto penitencial), y  la oración colecta, y se pasa a la liturgia de la palabra.
Después de la homilía se hace la bendición e imposición de la ceniza; acabada ésta, el celebrante se lava las manos y se continúa la celebración con la oración de los fieles.
2. Domingo IV de Cuaresma.
Por ser el domingo de la alegría en el camino cuaresmal hacia la Pascua , durante todo el domingo IV, desde las I Vísperas que se celebran el sábado anterior, es conveniente poner flores en el altar y tocar música durante las celebraciones. De esta manera se subraya a los fieles que esta cerca la gran fiesta de la Pascua y que el fruto de nuestro esfuerzo cuaresmal, será resucitar con el Señor a la vida verdadera.
3. Ferias de la V Semana de Cuaresma.
Las ferias de la V Semana de Cuaresma -antigua semana de Pasión- tienen unas pequeñas características propias: sin dejar de ser tiempo de Cuaresma, ya toman algo del color propio de la próxima Semana Santa y con ello inauguran, en cierta manera, la preparación del Triduo Pascual, llevándonos a la contemplación de la gloria de la cruz de Jesucristo.
Es conveniente no olvidar que en la misa, se dice todos los días el prefacio I de la Pasión.

miércoles, 9 de marzo de 2011

EL AYUNO...

No se trata de "hacernos daño" o de mortificarnos porque sí. Se trata de "entrar", "caminar", "ir hacia" el Señor o "entrar en el misterio de su Pascua".
Se trata de descubrir el "sentido de muerte y resurrección" que tiene toda vida. Tiene sentido el "mortificarnos", porque es una forma de "algo nuevo"; como tiene sentido la pasión de Jesús, porque es un paso para una forma nueva de ser.
No se trata tanto de "instruirnos" sobre la Pascua, sino de "iniciarnos a ser pascuales", a entrar en el misterio de Jesús, misterio de muerte y de resurrección.
Tiempo de conversión, es decir de incorporarse a Jesús, de convertirse. Es decir, cambiar la mentalidad mundana y poco evangélica por una mentalidad más evangélica. Es vivir según el espíritu de Jesús.
Ayunar es hacernos "daño" porque queremos convertirnos, volver del camino por donde íbamos. Es hacer daño al hombre viejo. Si no nos hacemos daño, a lo mejor es que no hay nada cambiado en nosotros.
Ayunar no es absternerse de comer esto o aquello. Es ayunar de las obras del hombre viejo. Si uno se priva de un plato de carne, pero no del rencor, de su deseo de venganza,... se ha quedado en la superficialidad de un ayuno que le ha dejado por dentro como antes.
Ayunar es signo de nuestra vuelta a lo esencial, de nuestra decisión de cambiar, de nuestra opción por la vida según los valores del evangelio. Ayunar es reconocer que hay cosas que son más importantes que nuestros criterios y nuestra manera de ver las cosas. Es reconocer que son muchas las apetencias que tenemos y que no son necesarias. Ayunamos de lo relativo para revalorizar lo esencial, lo importante.
La Palabra es el aliento de la cuaresma. Toda la Iglesia se hace catecúmena. Toda la Iglesia se hace "escuchadora". Toda la Iglesia se recoge en escucha orante de la Palabra. Si hay ayuno es porque hay escucha de la Palabra. No es lo más importante el ayuno, sino la Palabra.

SENTIDO DEL AYUNO 

¿Por qué el ayuno? Es necesario dar una respuesta profunda a esta pregunta, para que quede clara la relación entre el ayuno y la conversión, esto es, la transformación espiritual que acerca el hombre a Dios.
El abstenerse de la comida y de la bebida tiene como fin introducir en la existencia del hombre no sólo el equilibrio necesario, sino también el desprendimiento de lo que se podría definir como "actitud consumística". Tal actitud ha venido a ser en nuestro tiempo una de las características de la civilización y en particular de la civilización occidental. ¡La actitud consumística! El hombre, orientado hacia los bienes materiales, muy frecuentemente abusa de ellos. La civilización de mide entonces según la cantidad y la calidad de las cosas que están en condición de proveer al hombre y no se mide con el metro adecuado al hombre.
Esta civilización de consumo suministra los bienes materiales no sólo para que sirvan al hombre en orden a desarrollar las actividades creaticas y útiles, sino cada vez más para satisfacer los sentidos, la excitación que se deriva de ellos, el placer momentáneo, una multiplicación de sensaciones cada vez mayor.
El hombre de hoy debe ayunar, es decir, abstenerse de muchos medios de consumo, de estímulos, de satisfacción de los sentidos: ayunar significa abstenerse de algo. El hombre es él mismo sólo cuando logra decirse a sí mismo: no. No es la renuncia por la renuncia: sino para el mejor y más equilibrado desarrollo de sí mismo, para vivir mejor los valores superiores, para el dominio de sí mismo.
Juan Pablo II,
catequesis del 21 de marzo de 1979
"La razón de ser del tiempo de Cuaresma es la preparación para la celebración de Pascua: la liturgia cuaresmal prepara a celebrar el misterio pascual, tanto a los catecúmenos, haciéndoles pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles que rememoran el bautismo y hacen penitencia.
El tiempo de Cuaresma abarca desde el miércoles de ceniza hasta la misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo".
Normas universales de liturgia, n. 27-28.
CUARESMA...
La Cuaresma es un «tiempo fuerte» que la comunidad cristiana debe vivir intensamente.
Su proceso es muy claro: preparar la Pascua del Señor y nuestra propia Pascua.
La Iglesia entera, pero en concreto cada «iglesia particular» se suma en este tiempo a la Pascua de Cristo con particular atención. Se incorpora al paso que El da a la nueva vida, que es vida-para-Dios (Rom 6).
Por eso, la Cuaresma es llamada a la conversión. Y revivencia del Bautismo, que fue nuestra primera incorporación a la muerte y resurrección de Cristo. Y lucha contra el pecado. Y paso por el «desierto». Y, en definitiva, resurrección a una nueva vida en y con Cristo Jesús.
Los medios para todo este programa espiritual son los clásicos, aunque siempre válidos:
-         La oración: o sea, la meditación de la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria; sobre todo la celebración de la Eucaristía y del sacramento de la Penitencia… La oración nos sitúa decididamente cara a la Pascua de Cristo, dando dimensión cristiana a todo lo que hagamos estos días;
-         El ayuno: con lo que representa de renuncia a las tendencias a las que continuamente nos estimula esta nuestra sociedad de consumo; un ayuno adecuado, pero eficaz, puede recordarnos oportunamente la relatividad de la vida de los sentidos, y la preeminencia en los valores del espíritu;
-         La caridad: que es el núcleo de la vivencia cuaresmal: incorporarse a la Pascua de Cristo significa imitar su actitud fundamental de Pascua, que es la entrega de Siervo a favor de los demás.
Todo esto es tarea de cada cristiano.
Pero también tiene que notarse a nivel colectivo: una oración de la comunidad cristiana que sea más fervorosa y preparada en este tiempo; un ayuno que tenga también la dimensión comunitaria; una caridad que caracterice y exprese la renovada conversión de un grupo de personas que se preparan para la Pascua.

miércoles, 2 de marzo de 2011

BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II

El próximo 1 de mayo, y coincidiendo con el segundo domingo del tiempo pascual, "Domingo de la Misericordia", como así lo llamó Juan Pablo II, será beatificado el Papa viajero.

martes, 1 de marzo de 2011

Cuaresma para niños



Vídeo muy sencillo que trata de explicar el significado de la Cuaresma a los más pequeños.

Mensaje del Papa para la Cuaresma 2011

La Cuaresma es una ocasión preciosa para redescubrir el sentido y el valor del Bautismo, recordó el Papa Benedicto XVI en su mensaje para la cuaresma 2011, publicado por la Santa Sede.

En el texto, con el tema “Con Cristo sois sepultados en el Bautismo, con él también habéis resucitado” (Col 2,12), el Pontífice nos invita a vivir la cuaresma con un “camino de purificación en el espíritu,para obtener con más abundancia del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor”.

“Esta misma vida ya se nos transmitió el día del Bautismo”, observó, destacando que el hecho de que en la mayor parte de los casos este sacramento sea recibido por los niños, “pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas”.

“La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia los mismos sentimientos que Cristo Jesús, se comunica al hombre gratuitamente”.

El Pontífice explicó que “un nexo particular” vincula el Bautismo a la Cuaresma “como momento favorable para experimentar la Gracia que salva”.

En este sacramento, de hecho, “se realiza el gran misterio por el cual el hombre muere al pecado, participa de la vida nueva en Jesucristo Resucitado y recibe el mismo espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos”.

“Este don gratuito debe ser reavivado en cada uno de nosotros y la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado, que para los cristianos de la Iglesia antigua, así como para los catecúmenos de hoy, es una escuela insustituible de fe y de vida cristiana”.

Camino de virtud

“Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del peso de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la 'tierra', que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo”.

A través de la práctica tradicional del ayuno, de la limosna y de la oración, “expresiones del compromiso de conversión”, la Cuaresma nos enseña “a vivir de modo cada vez más radical el amor de Cristo”.

El ayuno tiene para el cristiano “un significado profundamente religioso : haciendo más pobre nuestra mesa aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa —y no sólo de lo superfluo— aprendemos a apartar la mirada de nuestro 'yo', para descubrir a Alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos”.

“Para el cristiano el ayuno no tiene nada de intimista, sino que abre mayormente a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo”.

Del mismo modo, se aprende a resistir “ante la tentación del tener, de la avidez de dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida”.

“El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia, especialmente en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir”.

“¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro?”.

La práctica de la limosna, por tanto “nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia”.


Escucha de la Palabra

“Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor —la fiesta más gozosa y solemne de todo el Año litúrgico—, ¿qué puede haber de más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios?”, pide el Papa en su Mensaje.

Por esto, recordó, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, la Iglesia “nos guía a un encuentro especialmente intenso con el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el Sacramento del renacimiento, y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a él”.

Meditando e interiorizando la Palabra de Dios para vivirla cotidianamente, se aprende “una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo”.

La oración permite también adquirir “una nueva concepción del tiempo”.

Esto último, de hecho, sin la perspectiva de la eternidad y de la trascendencia “simplemente marca nuestros pasos hacia un horizonte que no tiene futuro”, mientras que en la oración se encuentra “tiempo para Dios”, “para entrar en la íntima comunión con él que «nadie podrá quitarnos» (cf. Jn 16, 22) y que nos abre a la esperanza que no falla, a la vida eterna”.

En resumen, constata Benedicto XVI, el itinerario cuaresmal consiste en el “hacerme semejante a él en su muerte”, “para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida”: “dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo, como san Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo”.

“El período cuaresmal-concluye- es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo”.